miércoles, 2 de marzo de 2011

Ángel Garó

Ángel Manuel Paredes Hortelano (La Línea de la Concepción, Cái, 12/1/1965) se inicia en el mundo del espectáculo como todo artista que quiera presumir de currículun: actuando y haciendo cucamonas desde bien pequeño en reuniones familiares.

Con poco más de 20 años, se lía la manta a la cabeza y se traslada a Madrid, donde gracias a una beca, estudia en la prestigiosa academia de arte dramático de Cristina Rota. Tras ello, no consigue demasiado éxito  en varios cástings y comienza a escribir monólogos, mientras trabaja en una peluquería para poder pagarse el alquiler de un piso en Madrid. En estas estaba cuando, gracias a la academia de Cristina Rota, se cruza en su camino Sergio Dantí, manager bonaerense que por entonces llevaba en la capital la empresa "Art & Show" de representación de artistas. De este modo, Dantí comienza a pagarle a Ángel un salario mensual para que dejase el trabajo en la peluquería y se dedicase plenamente al espectáculo. Así nuestro protagonista comienza a actuar ante público distinto al compuesto por miembros de su familia en varios locales, hasta que se establece de forma más o menos permanente en el "Berlín Cabaret". Ni Ángel Garó es John Lennon ni el "Berlín Cabaret" es "The Cavern", pero para todos aquellos fanáticos de lo bizarro que quieran visitar el local en el que el protagonista de este post dio sus primeros pasos a nivel profesional todavía pueden hacerlo, se encuentra en la calle Costanilla de San Pedro 11, en el barrio de La Latina (si preguntan a algún trabajador del local y este le mira raro y dice desconocer el dato, seguramente será por no querer dar una publicidad excesiva al lugar, para que no se convierta en un fenómeno tipo Graceland). Durante su etapa en el "Berlín Cabaret", se cruzó en su camino un personaje que bien le podría haber cambiado la vida. Nos referimos a un supuesto relaciones públicas del local, al que llamaremos de momento por su apellido, señor Pérez, y que tentó a Garó para representarle (dado el éxito que poco a poco estaba cosechando con su espectáculo en el local) avalando su fama como manager presentándole a su supuesto tío, Andrés Pajares, nombre que quizá les suene más. Dantí se olió algo raro en las intenciones del tal señor Pérez y convenció a Ángel Garó de que rechazase su propuesta. Y créanme que hizo bien, porque de haber aceptado, quizá la historia hubiese acabado publicada en la sección "qué hubiera sido de mi vida si..." de ese ejemplo de sobriedad periodística que es la revista Pronto. El nombre del señor Pérez era (y sigue siendo) Álvaro. Si el nombre de Álvaro Pérez no les dice nada, quizá si que hayan oído hablar de él por el capilar atributo del que hace ostentación a día de hoy, "El bigotes", principal imputado en el caso Gürtel.

Aparte de haberle ahorrado a Ángel Garó serios problemas al evitar un posible acuerdo con "El bigotes", Dantí consiguió audiencia con el por entonces todopoderoso Chicho Ibáñez Serrador, que le daba al humorista la oportunidad de actuar en el "Un, dos, tres", que por entonces presentaba Jordi Estadella. Paradójicamente, a Ángel Garó no le pareció tan buena idea, creía en un principio que aparecer en la televisión iba a dañar su imagen como humorista (en fin, el ser humano es así), pero Dantí le obligó a ir como representado suyo por el contrato que les unía, y Garó, al final accedió. De esta forma, 1992 sería un año recordado por las Olimpiadas de Barcelona, la Expo de Sevilla, la capitalidad europea cultural de Madrid y la actuación de Ángel Garó en el "Un, dos, tres". Esta fue un éxito absoluto, y pasado el fin de semana (el programa se emitía los viernes por la noche), todo el mundo comentaba lo gracioso que era aquél muchacho enfundado de negro que imitaba a varios personajes. Y es que el humor de Garó se fundamentaba en eso, en la interpretación de varios papeles, cada uno con su acento y su modus operandi. Así nos encontraríamos con Pepe Itárburi, que intentaba contar chistes pero que siempre se liaba, Juan de la Cosa, que también la pifiaba planteando adivinanzas, Chikito Nakatone, que cantaba sevillanas en japonés y Maruja Jarrón, que llevaba a una señora mayor del brazo (la de "cuidado con el escalón, mamá").

Semana tras semana se convirtió en el momento más esperado del "Un, dos, tres", hasta que se quemó. La falta de innovación y la periodicidad semanal fueron factores que precipitaron que poco a poco fuese perdiendo gracia y fuelle, aunque bien supo aprovecharse de su fama para presentar un montaje que, con el nombre de "Personas humanas" (en el que desgranaba las chanzas de sus personajes) recorrió varios teatros y fue incluso televisado por el otrora Ente Público. De hecho, tanta fama alcanzó que en el mismo año de su primera actuación en Televisión Española, un hermano mellizo de Garó, de nombre José Antonio, confundido con el humorista, se pegó una semana a cuerpo de rey en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, en Gran Canaria a costa de la administración local, pasando a disposición judicial cuando se descubrió el pastel.

Tras terminar la primera temporada en la que actuó en el "Un, dos, tres", Ángel Garó (el auténtico) participó en el doblaje de la película de animación "FernGully: las aventuras de Zak y Crysta", trabajo gracias al cual el humorista entró en el libro Guninness de los récords probablemente entre la mujer más tatuada del mundo y el queso de cabra más grande jamás fermentado) por encargarse de poner voz a todos y cada uno de los personajes de la película, unos 40 aproximadamente. Tiempo después, en 2000, volvería a trabajar en el doblaje de una película de animación, "El emperador y sus locuras", aunque en esta ocasión sólo le prestó su voz a un personaje.

Tras dos temporada más a las órdenes de Chicho Ibáñez Serrador, en el "Un, dos, tres" primero y en "El semáforo" después, desapareció de la televisión. ¿Qué fue de él? ¿En qué se gastó el dinero que le generó la fama y sus apariciones en televisión? ¿En drogas? ¿En el casino? No amigos no. Se lo gastó en arte, completando una colección con más de 300 obras, entre los que destacan varios cuadros de Picasso, Matisse, Dalí o grabados de García Lorca. A diferencia de gente con el mismo gusto por el arte, no se dedicó a lucirlo en su cuarto de baño, sino que en un principio decoró las paredes del "Restaurante Museo Casa del Ángel", que el humorista abrió junto con su pareja de por entonces, Alexis Gauthier (que también le representaba tras prescindir Garó de los servicios de Sergio Dantí), en Málaga. De hecho lleva varios años peleándose con la administración local de su lugar de nacimiento, La Línea de la Concepción, para que se encarguen de construir un museo para el que el humorista cedería su vasta colección, sin que exista a dia de hoy respuesta en firme por parte del Ayuntamiento linense.

Tras varias actuaciones esporádicas en televisión, en 2004 regresa a la pequeña pantalla de forma regular, actuando cada semana en el programa "Noche de fiesta", ese espacio que derrochó glamour, buen gusto y elegancia sin par en Televisión Española muchas más años de los que mereció estar en antena.

En 2005, de nuevo en la televisión pública, entre junio y octubre, participa en el programa "Mira quién baila" (como nombre de programa es horrible, pero no engaña a nadie, la actitud de la audiencia es esa misma, mirar gente bailando, nada más), en el que termina ocupando una discreta quinta posición, de 8 oncursantes, siendo superado por Claudia Molina, María del Monte, Álex Casademunt y Fernando Romay, póker de ases del swing.

También en ese año retoma su carrera humorística en una serie de sketches dentro del espacio "El programa de Carlos Herrera" (esto sí que es un título bueno, sobre todo si eres Carlos Herrera) en Canal Sur.

A día de hoy, una de sus últimas apariciones televisivas como humorista se remonta a 2006, cuando aparece en el programa heredero de "Noche de fiesta", "Sábado noche", similar en corte y elegancia, al más puro José Luis Moreno's style concept.

Desde entonces, las últimas noticias que tenemos de Ángel Garó es su vuelta a los escenarios con la obra de teatro "Como te mueras te mato", estrenada el 6 de mayo de 2009 en el teatro Amaya de Madrid. La obra, típica comedia de enredo en la que Garó interpreta, travestido, el papel de una mujer, Melisa (una vuelta de tuerca al personaje de Maruja Jarrón), se iría de gira posteriormente por toda España.

También según apuntan varios medios, dio el pregón en las fiestas de carnaval de Valdepeñas en 2010. En la lista de ilustres personajes que han compartido semejante honor, destacan Miguel Caiceo en 1997 y un míster España en 1998, el resto suponemos serán destacados prohombres de la ciudad cuya trascendencia a nivel nacional aún está por llegar. Y lo último último fue su aparición en el programa "El hormiguero" de Cuatro, logrando, en una de las performances del mismo, cabrear a su presentador, el estúpido divo Pablo Motos, lo cual hace que el humorista consiga un +10 en mi escala personal de valores.

En definitiva, mejor dicho, en refinitiva, todos recordaremos a Ángel Garó por sus actuaciones en el "Un, dos, tres", y aunque de aquello han pasado ya ¡20 años!, tampoco es que haya cambiado demasiado. Se le seguirá recordando por sus actuaciones en el programa que le dio fama y por las imitaciones, más que por su última etapa en la que, alejado de las cámaras (o maltratado por ellas en programas de la factoría joseluismorenil), se centró en realizar giras teatrales, pero, por lo menos y a diferencia de otros artistas, no sólo no se avergüenza de sus orígenes, sino que confirma que se siente muy orgulloso de aquellos (sobre todo para él) maravillosos años...


Próximamente: Zapato Veloz.

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